El gobierno de Canadá solicitó la intervención de la Organización Mundial de Comercio (OMC) para resolver el conflicto generado por los aranceles impuestos por Estados Unidos a las importaciones de acero y aluminio.
La solicitud fue presentada en el marco del sistema de solución de diferencias del organismo, con el objetivo de revisar la legalidad de las medidas aplicadas por Washington.
Canadá es uno de los principales proveedores de estos metales a Estados Unidos.
La administración de Donald Trump anunció recientemente la intención de duplicar los aranceles, aunque posteriormente “suavizó” su postura.
Según la OMC, el gobierno canadiense argumenta que dichas medidas son incompatibles con las obligaciones comerciales estadounidenses y podrían contravenir el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) de 1994.
Trump también amenazó con imponer un arancel del 200 % a las bebidas alcohólicas importadas de la Unión Europea en respuesta a posibles impuestos sobre el whisky estadounidense.
La advertencia fue difundida a través de su red social Truth Social, en la que señaló que esta medida afectaría vinos, champanes y otros productos europeos.
Mientras tanto, Justin Trudeau concluyó su mandato como primer ministro de Canadá y cedió el cargo a Mark Carney.
En un mensaje de despedida, Trudeau destacó la unidad y determinación de la población canadiense frente a los retos globales.
Carney, exgobernador del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra, asumió la jefatura de gobierno con un discurso en el que defendió la posición de su país en la disputa comercial con Estados Unidos.
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