Turquía vive su cuarto día de protestas tras la detención, el miércoles, del alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu, quien declaró ante la policía que las acusaciones en su contra por corrupción y terrorismo “carecen de fundamento”.
Imamoglu, de 53 años, enfrenta cargos que podrían llevarlo a prisión y provocar su reemplazo por un administrador designado por el gobierno.
Su arresto ha generado manifestaciones en varias ciudades de Turquía, no solo Estambul en lo que se considera uno de los mayores movimientos de protesta en los últimos diez años.
Durante las protestas en Estambul, algunos manifestantes exhibieron pancartas con mensajes contra el partido gobernante AKP y en defensa del alcalde detenido.
Los enfrentamientos con la policía han incluido el uso de gases lacrimógenos, balas de goma y granadas de percusión.
El líder del opositor Partido Republicano del Pueblo (CHP), Özgur Özel, aseguró que más de medio millón de personas han participado en las protestas y anunció que la movilización continuará con una marcha hacia el tribunal donde fue trasladado Imamoglu.
Imamoglu, considerado un rival político del presidente Recep Tayyip Erdogan, fue interrogado por cinco horas sobre su presunto vínculo con una organización terrorista.
En un comunicado difundido por la municipalidad, señaló que las acusaciones buscan afectar su imagen y anunció que presentará una denuncia contra quienes promovieron el proceso en su contra.
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